Un día como hoy, pero en el año 1816, las Provincias Unidas del Río de la Plata declararon su Independencia de la corona española. Cada 9 de julio, recordamos el final de siglos de subordinación y opresión que marcaron el inicio de la formación del Estado Nacional. Muchos nombres fueron destacados y pasaron a formar parte de la historia oficial, sin embargo, muchas mujeres poco reconocidas fueron protagonistas y desempeñaron un papel fundamental en aquella gesta.
¿Quiénes fueron aquellas mujeres de la gesta independentista?
Las acciones de miles de mujeres fueron indispensables para el proceso independentista. No solo eran esposas y madres al cuidado del hogar, sino que a lo largo y a lo ancho de las Provincias Unidas del Río de la Plata estuvieron en el frente de batalla durante numerosos combates, así como también fueron las enfermeras que auxiliaban a los heridos, las lavanderas que limpiaban la ropa, las cocineras que se ocupaban de preparar los alimentos o las espías que se metían dentro de las narices de los enemigos. Es algunos casos, se pusieron a disposición de San Martín y cumplieron variadas funciones en aquel Ejército.
Macacha Güemes
Conocida como "Machaca", María Magdalena Dámasa de Güemes de Tejada era hermana del General Martín Miguel de Güemes. Nacida el 11 de diciembre de 1787, supo trabajar junto con su hermano en la causa revolucionaria. Su rol estuvo basado en trabajos de espionaje y logística y, años más tarde, cuando Martín fue gobernador, fue una especie de “ministra sin cartera” debido al peso que ella tenía en las cuestiones públicas.
Asimismo, junto con su hermano, comandó a “Los Infernales”, un ejército de gauchos que combatió en el norte del país a las tropas españolas. En marzo de 1816, Macacha fue esencial para la firma de la Paz de los Cerillos, en el marco de un conflicto entre Martín Miguel y el general Rondeau al mando de las fuerzas de Buenos Aires. Aquel hecho fue indispensable para la firma de la independencia. Tras la muerte de su hermano, en 1821, Macacha continuó trabajando en la revolución y en el bienestar de su provincia defendiendo los intereses de las personas más postergadas. Falleció el 7 de junio de 1866.
María Sánchez de Thompson
Proveniente de una familia adinerada, ella y su marido organizaron numerosos encuentros en su casa a los que asistían personalidades de la política y la cultura. La historia la recuerda porque en una de esas reuniones se habría entonado por primera vez el himno argentino, aunque hay serias dudas de que eso realmente haya ocurrido. Sin embargo, el hecho de que el pintor Pedro Subercaseaux haya representado en un cuadro aquel hito en su casa es una prueba de que Mariquita fue una de las mujeres más importantes de la época y del proceso revolucionario.
Fue una referente de las mujeres de la elite rioplatense, una aguda observadora de la época impulsó la educación femenina y colaboró financieramente con la revolución. Presidió la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires, la cual administraba orfanatos, hospitales y escuelas de mujeres.
Juana Azurduy
Juana Azurduy fue una mujer de destacado heroísmo y perseguida por la muerte en un sinfín de oportunidades. Estuvo cerca de perder la vida en muchas batallas y vio morir de muy chica a sus padres y luego a su esposo, Miguel Asencio Padilla, y a cuatro de sus hijos.
Fue una representante de la lucha armada de la población indígena y mestiza que estaba harta de la explotación colonial. Ella, junto con su esposo crearon el batallón “Los Leales”, que peleó contra las tropas realistas en el Alto Perú. Por su valentía Belgrano le regaló su sable y exigió que fuera nombrada “teniente coronel”. A partir de 1816 se unió a las fuerzas de Martín Miguel de Güemes para defender la tierra durante seis invasiones realistas.
El 25 de mayo de 1862, murió en la miseria y cien años más tarde, sus restos fueron exhumados y trasladados a un mausoleo construido en la ciudad de Sucre, Bolivia, y en 2009 fue ascendida a Tenienta Coronel del Ejército Argentino.
María Remedios del Valle
María Remedios del Valle fue una mujer muy importante dentro del campo de batalla. De raíces africanas, nació en el año 1766. En un principio se destacó por sus trabajos de enfermería y comenzó a ser conocida como “La Madre de la Patria”. Tiempo después comenzó a pelear en el Ejército que comandaba Belgrano, no obstante, por su compromiso, lealtad y disciplina, fue nombrada capitana de su tropa.
Participó en las batallas de Ayohúma, Vilcapugio, Tucumán y en el Éxodo jujeño. Recibió innumerables heridas y estuvo a punto de morir en al menos siete ocasiones. Incluso, en 1813 fue tomada presa por los realistas y azotada por nueve días consecutivos.
Cuando finalizaron las guerras, vivió en la indigencia. Sin embargo, en 1827 fue reconocida por el general Juan José Viamonte y cuando este fue elegido diputado, fue clave para que María Remedios pudiera tener una pensión y viviera sus últimos años con dignidad. Años más tarde fue ascendida a Sargenta Mayor de Caballería.
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