(La Nación) A diez años del homicidio de María Marta Landívar, nadie sabe quién mató de un balazo a la psicóloga en su casa de Pinamar. El asesinato de la psicóloga sigue impune y el nombre del femicida es un misterio.
Hasta el momento, los responsables de la investigación tienen en la mira a siete sospechosos, sin embargo, ninguno de ellos fue llamado a indagatoria, a pesar del pedido presentado por el fiscal Diego Bensi, que en diciembre pasado los imputó por el asesinato.
La falta de testigos y de un móvil del femicidio constituyeron los factores clave para que el asesinato siga impune. Tampoco se hallaron pruebas físicas en la escena del crimen que hubieran avalado un procesamiento con prisión preventiva contra alguno de los acusados.
Durante diez años el fiscal tuvo que avanzar a tientas en una investigación huérfana de indicios, sin imágenes de cámaras de seguridad, en la que los principales testigos fueron personajes con antecedentes penales por robos concretados en Pinamar, Villa Gesell y el Partido de la Costa.
Los cruces de llamadas telefónicas resultaron una herramienta importante para poder vincular a los imputados. Sin embargo, esos elementos no alcanzarían para fundar una eventual condena. Por este motivo, el fiscal convocó a los detectives de la División Homicidios de la Policía Federal para tratar de encontrar más pruebas, a partir de los indicios que existen en el expediente, que acumula 19 cuerpos.