lunes, 22 de abril de 2019

En Pinamar, otro capítulo de la mafia y el negocio de las apuestas en el tenis

Las canchas del Tennis Ranch de Pinamar donde se jugaron, entre marzo y abril, tres ITF World Tennis Tour (ex Futures)
(La Nación Sebastian Torok) Las organizaciones de apuestas y arreglos de partidos en el tenis están entrelazadas como raíces en distintos niveles de la rueda. Los ITF World Tennis Tour (ex Futures) y los Challengers, es decir la tercera y segunda categoría profesional, son los torneos en los que los jugadores están más desprotegidos y expuestos a sufrir el accionar de estas redes oscuras. "En los Futures, los arreglos y las apuestas son como barra libre", fue una de las tantas revelaciones que en febrero pasado realizó, en LA NACION, Marco Trungelliti, el tenista que se animó a destapar públicamente una olla a presión. Entre marzo y abril pasado se realizaron, en Pinamar, tres certámenes M15 y la organización de los mismos debió lidiar con cinco "apostadores", todos extranjeros: un chileno, un italiano, un ucraniano y una pareja de eslovenos. El movimiento de dinero que generan las apuestas es tan amplio que estos "personajes" se mueven sin límites geográficos y viajan por el mundo, pese a tener certámenes en sus propios países durante esas mismas semanas.



Los cuadernos del tenis: Marco Trungelliti, el argentino que desafió a la mafia que arregla partidos
"Acompañando a mi hijo, Agustín, que juega Futures, yo ya había visto cómo se manejaban estos personajes", dice Juan Riquelme, que en diciembre pasado se presentó ante la prensa, con la garantía y promoción de la Asociación Argentina de Tenis, como uno de los organizadores de 21 torneos masculinos del circuito ITF World Tennis Tour [se hicieron las primeras tres etapas, se cancelaron la 4, 5 y 6 -las primera dos las reflotó la AAT en otra sede, en El Abierto de Saavedra-, y están en estudio desde la 7 en adelante]. "Estas personas son muy hábiles, están atentos a los detalles para acercarse a los jugadores; escuchan si les falta dinero para un tratamiento médico o para un viaje. Tratan de cooptarlos, de ofrecerles dinero o de hacer algo para que los chicos queden en falta y terminen trabajando para ellos. A veces el apostador se le acerca al jugador, se le hace el amable, le hace preguntas y mientras tanto un cómplice lo fotografía. Y después, con esa imagen, lo extorsionan. Cada vez tienen dispositivos más modernos. Ya ni siquiera usan auriculares; es todo inalámbrico. Hasta tienen un dispositivo de silicona que se colocan en el brazo debajo de la ropa y, casi sin moverse, van tocándose y marcando las apuestas", añade Riquelme. Los apostadores despachan información "al exterior", beneficiados por el delay o la demora de unos diez segundos entre lo que sucede en vivo y lo que se emite por Internet (es una eternidad en el procedimiento de la apuesta).


 En los últimos ITF World Tennis Tour de Pinamar, la organización denunció a varios apostadores En los últimos ITF World Tennis Tour de Pinamar, la organización denunció a varios apostadores Fuente: LA NACION - Crédito: Prensa M15 Pinamar
Advertidos por lo que podía suceder en la ciudad balnearia, organizadores, supervisores de ITF y árbitros tuvieron distintas charlas de trabajo para tratar de "preservar" a los jugadores. Durante la competencia, todos ellos, más el personal del apart estuvieron conectados mediante 12 handies y se propusieron acompañar a los jugadores a cada sector del predio. "Para entrar en el complejo a ver el torneo te tenías que anunciar con nombre y apellido en la recepción y luego la seguridad privada te autorizaba a pasar. El problema fue que, al tener alojamiento incluido, los apostadores podían estar adentro sin que nosotros lo supiéramos de antemano. Combinamos que si veíamos a alguien que no conocíamos, iríamos modulando, acercándonos, viendo cómo se movían, escuchando en qué idioma hablaban... Y así fue: yo iba, le preguntaba a qué jugador estaba viendo y otras cosas", apunta Riquelme. Pese a la prevención, hubo filtraciones.

¿Qué sucedió en el Tennis Ranch Pinamar, escenario de los torneos? Riquelme lo describe: "Un día, durante el primer torneo [18 al 24/3], vimos a una persona que no conocíamos, que pululaba por las canchas con celular, a veces intentando camuflarse entre los árboles. Lo fui a buscar, me presenté, le dije que no podía estar con dispositivo electrónico en ese lugar y que iba a tener que identificarlo en la oficina del torneo. Me respondió que tenía el pasaporte en la cabaña y fue a buscarlo. Pero desapareció y como a la hora lo veo aparecer por otra cancha. Me acerqué, lo tomé del brazo, le pregunté si tenía el pasaporte, me dijo que sí y lo llevé para la oficina. Me había dicho que era español, pero cuando escaneamos el documento nos encontramos con que era italiano; estaba alojado con un chileno. Cuando le empiezo a explicar cómo era el procedimiento en los torneos de ITF me corta diciéndome: 'Sí, ya sé de qué se trata'. Se vendió solo y le dije: 'Evitame un mal momento a mí, evitate un muy mal momento a vos. No te quiero volver a ver por acá. Disfrutá las cabañas que son muy cómodas o andate'. Estuvieron un día y medio guardados y se fueron del hotel. Pero al otro día los vemos, al italiano y al chileno, afuera del predio con binoculares. Nos enojamos mucho y junto con el jefe de mantenimiento salimos a echarlos. La discusión tomó mucha temperatura, hasta que apareció un patrullero y estos personajes dijeron que los estábamos amenazando. La policía, que no entendía bien lo que sucedía porque nunca habían visto un caso así, me invitó a la comisaría para contar el hecho. Y eso hice: me pasé dos horas, hablé con el fiscal y dije que si realmente no hacíamos algo de entrada a medida que pasaran los torneos se nos iban a llenar de apostadores".



Riquelme hizo la denuncia en la Estación de Policía Comunal I de Pinamar, ubicada en las calles Bunge y Júpiter. ".el organizador del M15 Pinamar desea que se pueda adoptar alguna medida para prevenir este tipo de acciones que perjudican al torneo y a los jugadores", señala parte de la denuncia tomada por el oficial Jonathan Battistella. "Cuando vino Riquelme nos puso en conocimiento, se los identificó a los apostadores, que no tenían impedimentos legales para estar en el país. No hubo delito, según vimos. De todos modos, en forma preventiva, enviamos un agente de consigna", le comentó a LA NACION el comisario Cristian Montenegro. El caso lo tomó la Fiscalía Nº 8 de General Madariaga.

Todavía existe un "vacío legal" sobre el asunto, según lo confirma Riquelme. De hecho, hasta el momento en los únicos operativos que hubo arrestados fueron porque se registraron casos de extorsión y robos (en España, Francia y Bélgica). Ante LA NACION, el organizador de los M15 dijo que recibió escaso interés por parte de la ITF al comunicar lo que había sucedido en Pinamar: "Lo triste es que mandamos informes a ITF y las respuestas fueron 'Ok', 'Ah bueno', 'Cuidate'. Tienen que cuidar el negocio de las apuestas legales, porque hoy por hoy son los principales sponsors y esto les quita mercado, es la realidad. Pero me han contado experiencias de chicos que estaban jugando en Europa y que los amenazaban desde afuera de la cancha. Ni hablar de las amenazas por redes sociales. En definitiva, no sabés si hay un loco que te está esperando en la puerta del club para agredirte".

El tenis está infectado por las apuestas y los arreglos de partidos. Y los responsables, mientras tanto, siguen sin hallar la medicación.

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