En el Día Internacional del Agua la CALP recuerda a la comunidad aunque parezca una obviedadque “La humanidad necesita agua”, tal cual lo expresa la ONU en sus documentos.
El agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, a la salud humana y al medio ambiente.
No dejar a nadie atrás
Se trata de una adaptación de la promesa central de la Agenda 2030en que los países se comprometieron a cumplir con 17 objetivos del Desarrollo Sostenible. En este compromiso deben estar incluidas las instituciones públicas, la sociedad y las empresas privadas. Entre los objetivos se encuentra garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos de aquí al 2030. Por definición, eso significa No dejar a nadie atrás.
Hoy en día millones de personas viven todavía sin agua potable –en el hogar, la escuela, el lugar de trabajo, la granja, la fábrica– y luchan por sobrevivir y prosperar. A menudo, se olvidan los grupos marginados: mujeres, niños, refugiados, pueblos indígenas, personas con discapacidad y muchos otros. O bien, se los discrimina cuando intentan conseguir y gestionar el agua potable que necesitan.
Cuando hablamos de “agua potable” nos referimos al “servicio de abastecimiento de agua potable gestionado de manera segura”, es decir, agua a la que se puede acceder en las viviendas, cuando se necesita y que no está contaminada.
En la actualidad CALP trabaja en la construcción de tres cisternas para ampliar la provisión de agua corriente potable una con fondo nacionales y las otras dos con fondos privados. A pesar de la deficiencia tarifaria local, la Cooperativa asigna recursos de otra área en pos de priorizar la calidad del servicio para toda la comunidad.
El derecho al agua
En 2010, las Naciones Unidas reconocieron que “el derecho al agua potable y el saneamiento es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos.” Por derecho humano al agua se entiende el derecho de toda persona, sin discriminación, a disponer de agua suficiente, segura, aceptable, accesible y asequible para uso personal y doméstico, y comprende el agua para el consumo, el saneamiento, la colada, la preparación de alimentos y la higiene personal y doméstica.
Los “motivos de discriminación” para que algunas personas resultan especialmente desfavorecidas en lo que respecta al acceso al agua son: el sexo y el género; la raza, la etnia, la religión, la condición de nacimiento, la casta, el idioma y la nacionalidad; la discapacidad, la edad y el estado de salud; la tenencia de bienes, el lugar de residencia, y la situación económica y social. Otros factores como la degradación del medio ambiente, el cambio climático, el crecimiento demográfico, los conflictos, los flujos de migración y los desplazamientos forzosos.
Los más ricos suelen recibir servicios de agua, saneamiento e higiene de calidad a un coste bajo o muy bajo, mientras que los más pobres pagan un precio mucho más alto por un servicio de igual o menor calidad.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=57&v=valyKP8WehM
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