
Mucho ruido y pocas nueces. Así fue finalmente la ley de paridad de género aprobada por la Legislatura bonaerense durante 2016 y que fue aplicada por primera vez en la historia en las elecciones primarias del pasado 13 de agosto.
Es que, tal como anticipó La Tecla tiempo atrás, el conflicto se desataría cuando los frentes electorales que se hayan medido en internas debieran fusionar sus nóminas teniendo en cuenta no sólo el sistema D’Hont y de cociente, sino también de alternancia y secuencialidad entre sexos.
Por eso, y para evitarse una catarata de presentaciones judiciales al respecto, la Junta Electoral tomó una determinación que pone puntos suspensivos a la pregonada paridad de género en las listas y responsabilizó por ello al Poder Ejecutivo, es decir, a la Gobernadora María Eugenia Vidal por no reglamentar “dicha norma que deberá aplicarse para conformar las listas para las próximas elecciones generales”.