Por María Adelina Mercuri, obrera del periodismo militante
Desde hace poco más de dos años comunicadores, dueños de medios, algún que otro concejal y hasta un ex intendente, han rastreado y ofrecido distintas sumas de dineros a colaboradores de PinamarInfo que administraban la página (que me pertenece desde el año 2009), para que cedieran los derechos del sello periodístico. Las sórdidas maniobras colisionaron contra la lealtad y honestidad de las personas que me rodean.
En 2013, luego de una modernización, la página PinamarInfo.com.ar paso a formar parte de Google transformándose en .com, nimiedades del mundo cibernético y los derechos. Por lo que durante un año el sitio estuvo registrado con las dos propiedades. Fue entonces cuando en diciembre de 2014 decidí no registrar el .com.ar a sabiendas del riesgo que tomaba. Porque en el fondo me resistía a creer en la magnitud del prestigio de la página (perdón por la inmodestia) y cuanto incomodaba este humilde medio a los distintos poderes, ya sean mediáticos, políticos o empresariales.
Por otro lado me resultaba increíble no solo la obsesión manifiesta por PinamarInfo, sino la estupidez, caraduréz, poca creatividad y hasta falta de confianza en sus propios potenciales. O lo que es peor, la incapacidad en el armado de un instrumento que permita llevar a cabo un proceso comunicacional digno.
Pero los hechos de la realidad, como sucede siempre, son los que en blanco y negro la reflejan. Es así que en estos días apareció una página apócrifa que pretende desdibujar la trayectoria de PinamarInfo y confundir a los lectores.
Por ello, y gracias al sagaz comentario de mi querida amiga Ruth Giustachini sobre la falsa versión y pidiendo mil disculpas por el atrevimiento, me permití la risueña comparación con el Quijote Cervantino y el apócrifo Quijote de Avellaneda.
Los grupos mediáticos (que actúan como operadores políticos enmascarados) controlan buena parte de la información y si se interviene la información se controla la voluntad de los lectores. En ese sentido se juega con la desinformación, al difundir versiones de la realidad que omiten o tergiversan la veracidad de los actos. Basta con recordar aquel dos de abril, en que los matones de Altieri golpearon a los parodistas de CQC y amedrentaron a reporteros locales, y rápidamente los comunicadores con sesgo mediático a la inclinación del poder político, manipularon la verdad y trasmitieron la noticia con el solo fin de responder a sus intereses.
Para finalizar la explicación y dejando, como corresponde, a la voluntad de los lectores la elección del medio informativo aclaró que: Pinamarinfo.com no es .ar
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