domingo, 2 de febrero de 2014

Una investigación a foja cero

ROBO AL ALGECIRAS


(Página 12) La extraña investigación del extraño robo al hotel Algeciras de Pinamar está quedando en la nada. Anoche, el fiscal Juan Pablo Calderón le pidió al juez de Garantías que cese la detención de Sebastián Noviello, el único apresado por el hecho. El magistrado Diego Olivera Zapiola tendrá que responder dentro de las 24 horas, pero es obvio que si el acusador –el fiscal– desistió de la acusación, la libertad es un hecho. La familia y el abogado de Sebastián demostraron que a la hora del supuesto robo, éste estaba en el boliche SuperXV y un nuevo análisis de las cámaras cercanas al hotel derivó en más sorpresas: no sólo que no se ve pasar a los ladrones, sino que ni siquiera se verifica la llegada de la policía después del atraco.



El abogado Claudio Munafó, defensor de Noviello, presentó ante el fiscal el testimonio del amigo Martín Pizzorno y de dos chicas, Florencia y Mili, que estaban con Sebastián a las 4.10 de la mañana de aquella noche entre sábado y domingo, frente a SuperXV. Pero, además, declaró un hombre de seguridad del boliche que recordaba perfectamente a las chicas pidiéndole que dejara pasar a Sebastián y Martín. A esto se agregan mensajes de texto que demuestran que todos estaban allí a esa hora. El toque final que derribó la hipótesis de la investigación provino de un domo municipal de cámaras: se ve a Sebastián y Martín yendo a SuperXV a las 4 y regresando después de las 4.30. Con semejantes evidencias, ayer al atardecer, el fiscal Calderón pidió el cese de la acusación y la libertad de Noviello. El juez Olivera Zapiola resolvía anoche o lo hará hoy.

El robo mismo es extraño. De acuerdo con el expediente, el dueño del hotel adujo primero que se robaron 600 mil pesos, luego 50 mil, y al final, la administradora fijó la cifra en 380 mil pesos, más 11 mil que le habrían robado de su sueldo y una cadenita de oro. Las cifras no se condicen con ningún arqueo que figure en la causa y resultan más que raras: es extraño que la gente pague un hotel en efectivo y no es congruente que haya tanto dinero contante y sonante. La administradora afirma que era la recaudación de dos hoteles, pero ni así dan las cuentas.

Lo que convierte las cosas en más llamativas aún es que las imágenes del domo no muestran a policías llegando al hotel después del robo. Es que se ve a Sebastián y Martín llegando al Algeciras poco después de las 4.30 y no se percibe el clima posterior a un robo: ni patrulleros ni uniformados ni ambiente de conmoción. Una revisión en la computadora del Algeciras deja todavía más dudas. La cámara del hall del hotel se activa cuando hay movimiento, por lo cual debió activarse cuando entraban o salían los ladrones que, además, usaron pasamontañas. No hay imagen de nadie a la hora del robo: entre 4.05 y 4.10. Una media hora más tarde llegaron Sebastián y Martín, algo que no encaja con el comportamiento de un ladrón: nadie se vuelve a dormir al lugar que robó.

Todo el proceso de detención también llamó la atención de la familia Noviello. Sebastián se quedó en los días posteriores en una ostentosa casa de amigos de la zona de Morón. En esas jornadas –según se ve en el expediente–, los investigadores lo siguieron y fotografiaron. Lo curioso es que esperaron que Sebastián fuera a comprar pollo al centro de Pinamar para hacer la detención en forma espectacular, con la participación del grupo Halcón y un despliegue descomunal, con cámaras de televisión incluidas. Todo se condice con la idea de que al supuesto robo al Algeciras, que fue el único hecho delictivo de trascendencia en la temporada, se le quiso dar una resolución rápida y espectacular.

En un expediente paralelo están todavía detenidos dos amigos de Sebastián a quienes les encontraron sendas armas en la lujosa vivienda ubicada a 200 metros del hotel. La documentación de esas armas, que está a nombre de los detenidos, ya consta en la causa, pero sucede que los carnets de tenencia están vencidos. El fiscal ya dictaminó a favor de la libertad, pero debe entregarse un estudio socioambiental, lo que es probable que demore la excarcelación hasta el lunes.

Lo que les queda a los policías bonaerenses y a la Justicia, que protagonizó la pifiada, es esclarecer dos cosas que no serán fáciles. Primero, si el robo realmente existió y de cuánto fue. Segundo, en caso de que haya existido, quién o quiénes fueron los autores.

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