Con profundo pesar se constata que la situación social, económica y política de nuestro municipio va en constante deterioro debido a una enorme cantidad de hechos y situaciones que tienen como sustrato la enorme debilidad del gobierno interino del MUPP personalista.
Una debilidad que se fundamenta en la nula autoridad moral de sus decisiones, ya que como siempre sucede, el tiempo se encargó de mostrar de la manera más cruda que veinte años de oficialismo en el poder solo sirvieron para que el estado funcione como una suerte de escribanía de los negocios privados de sus dirigentes.
A sus espaldas, el pueblo de Pinamar pagó y sigue pagando con su esforzado trabajo despilfarros, desaciertos y negociados económicos y políticos de los que recién ahora empezamos a saber.
Esa política amoral que ejercen los que usan un cargo público para beneficio personal ha infectado también a nuestro Partido, como lo ponen de manifiesto el Concejal Juan José Dos Santos y el Concejal extrapartidario Alberto Germain al reincidir en una actitud abstencionista que por ser tan funcional al oficialismo, pone en evidencia un pestilente acuerdo de cogobierno que lamentablemente ya es moneda de uso común en nuestra cultura política y que es nuestro deber desterrar definitivamente como mujeres y hombres de bien.
Con igual criterio se considera que la ex Concejal Gladys Barce ha incurrido en falta gravísima, que debería ser analizada por un Tribunal de Disciplina, ya que al revistar como funcionaria del actual gobierno en un cargo creado a su medida, pone en evidencia incontrastable el pago de favores políticos. Esto constituye un remanido mecanismo de uso recurrente del oficialismo que es necesario denunciar, como se viene haciendo desde diversos sectores y por todos los medios posibles.
En la misma línea no puede dejar de cuestionarse el manejo irresponsable del presupuesto de la Secretaría de Turismo municipal a cargo del ex Concejal extrapartidario Alfredo Baldini. En un hecho como el que ha tomado estado público que involucra el manejo poco claro de los dineros del estado, la negligencia se equipara a la corrupción en sus efectos: el despilfarro del erario público y el descredito para el partido que sirvió de plataforma para apetencias políticas personales.
El desgobierno, la discrecionalidad y la corrupción administrativa siguen siendo la marca indeleble de un gobierno municipal cuyos inoperantes funcionarios hacen hasta lo indecible para mantenerse en su sillón. Es nuestra obligación como Concejo Partidario seguir señalando estas situaciones, sobre todo cuando involucren a afiliados Justicialistas o a quienes han llegado a cargos ejecutivos o legislativos en nuestra representación. Y así lo seguiremos haciendo en el futuro.
Pinamar, 10/02/2014.
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