LA ARQ. BRAVO ALMONACID PREOCUPADA POR EL DAÑO AMBIENTAL OCACIONADO POR LA EMPRESA YPF
Por María Adelina Mercuri
A raíz de una denuncia del Arq. Oscar Garlepp, sobre la posible filtración de nafta súper, de uno de los tanques subterráneos de la estación de servicio YPF, ubicada en pleno centro de Pinamar, se suscito la preocupación de la comunidad.
El Expediente Nº 645/12, que trata el tema de la posible filtración, fue iniciado en febrero de este año por la Dirección de Fiscalización, a cargo de Roberto Baena, a partir de la denuncia sobre olores a hidrocarburos en el espacio ubicado entre la obra del supermercado San José y la Estación de Servicio YPF. Esta información de sensible preocupación, no había tomado estado publico sino hasta después de la exposición de Oscar Garlepp en la audiencia pública (celebrada el lunes 10 de septiembre) y la consecuente investigación de la periodista Mariana Dufour.
El expediente mencionado, dio varias vueltas en el laberinto burocrático municipal, hasta llegar a manos de la Arq. Raquel Bravo Almonacid, directora de la Secretaría de Obras Publicas. La funcionaria, elaboró un informe y al poner “blanco sobre negro”, dio cuentas del gravísimo daño ambiental que se estaría originando por la pérdida de combustible a las napas.
Al ser entrevistada en “La Mañana del Cartero de Pinamar”, Bravo Almonacid afirmó: que tanto ella como el secretario Alberto Canissa, tomaron conocimiento de los hechos recién el 18 de agosto, después de que Salvador Ballo, jefe del servicio sanitario de la CALP, se comunicara y la pusiera en conocimiento a través de la consulta para la instalación de un caño. La arquitecta inmediatamente se contactó con BFU de Argentina SA, consultora de la empresa Opessa YPF, la Secretaría de Energía y el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS). En el caso de la consultora, la Arq. Bravo Almonacid dijo que “al tomar contacto con los responsables descubrió que no tenía contrato firmado con Opessa YPF. Esto es tan así que cuando habló con la apoderada de BFU y le explicó el esquema geológico y la importancia del acuífero, se sorprendió y puso en duda la aceptación de dicha tarea, tan delicada”.
La fuga del combustible, esta acreditada por una empresa autorizada que verificó un sobrenadante de 81 cm. que fluctúa la altura del combustible. A partir de esta realidad YPF debió elaborar un plan de contingencia. Bravo Almonacid explicó que “si bien es cierto que Opessa consultó a BFU, y ésta elaboró un plan de contingencia, que consistiría en generar un gradiente hidráulico para concentrar el combustible y aspirar con los gases, hasta el momento este plan no fue autorizado por la OPDS que es el organismo acreditado en estos casos”
La funcionaria aclaró, que “cualquier plan de contingencia que se realice es preocupante. Para tener una idea – indicó- consiste, minimamente durante cuatro años, en largar agua en algún lugar en forma permanente y diariamente. Para generar ese gradiente hidráulico y así concentrar el combustible en función de que no se desplace la pluma de contaminación”. En contrapartida, las fuerzas ambientalistas, la propia Bravo Almonacid, el Departamento Ejecutivo, el Concejo Deliberante y la CALP, elaboran proyectos legislativos para la preservación del acuífero.
El medio ambiente pinamarense es muy vulnerable, nuestro acuífero subterráneo es único en la región y de alto valor estratégico. Por lo tanto deben extremarse los cuidados. Al mismo, tiempo siempre se consideró como una de las amenazas más significativas al combustible y las estaciones expendedoras, que a pesar de la aplicación de medidas de seguridad mas extremas, la contingencia invariablemente coexiste. Un concepto ambiental es “el que daña, paga y esto lo tiene que pagar YPF. Nos tiene que pagar los litros de agua que se van a extraer y el daño ambiental que le produce a la comunidad de Pinamar” dijo Bravo Almonacid
La fuga del hidrocarburo
La consultora, descarta que exista un pasivo ambiental de la instalación anterior, es decir de la antigua estación de servicio que funcionaba en el terreno de enfrente. No hay ningún estudio que demuestre esta conclusión. Por lo cual sorprende a Bravo Almonacid que “la empresa establezca un plan de contingencia sin establecer la fuente y tampoco la pluma de contaminación. Con el agravante que por escurrimiento y por pendiente esta mancha se acercaría al mar”.
En base al origen de la fuga de combustible, la arquitecta defensora del medio ambiente, aclaró que pese a los expresado “hay un dato que dan algunos especialistas, y es que el combustible sobrenadante, tiene una degradación que por sus características químicas permitiría suponer que no es tan antiguo. Pero -aclara- se debería haber retirado todos los tanques de la vieja estación de servicio cuyo cambio se realizó en el año 1996”.
También destacó, que: “tiene serias dudas, fundamentadas por varios testimonios, sobre el conocimiento de la fuga de combustible por parte de la estación de servicio”. Y la verdad sería que lo sabían y callaron. En función de este potencial ocultamiento Bravo Almonacid, con cierta indignación, destacó que “según la reforma de la Constitución Argentina del año 1994, uno de los derechos que asisten a la comunidad es tener la información exacta de lo que esta ocurriendo en el ambiente”.
Procedimientos e informes
Sin ánimo de constituirse en vocera del área y por estar sujeta a una jerarquía y la estructura funcional gubernamental, la función de Bravo Almonacid se limitó a notificar a su superior, que en este caso es el Arq. Alberto Canissa, quien elevó las actuaciones a la Asesoría Letrada a cargo de María Julia Fasanella. Recordemos que recién después de los informes elevados por la Secretaría de Obras Públicas y después que el expediente diera varias vueltas se dio participación al área de Ecología a cargo de Mónica Mainardi.
En el informe, Bravo Almonacid detectó, en principio y por ley, a los responsables directos que en este caso es la empresa YPF. Luego a las áreas de control, como la Secretaría de Energía que cuenta con una Dirección específica de Combustible. Por otro lado señalo que “YPF está obligada a contratar una consultora que audite y constituya un seguro de caución ante la Secretaría por 500 mil dolores ante cualquier caso de impericia o inoperancia. La auditora debe presentar ante los organismos los estudios de hermeticidad que garanticen que la instalación no tenga perdidas”. En base a esto y la realidad insoslayable de un sobrenadante de 81 cm, “los estudios de hermeticidad no dicen nada” sentenció la arquitecta.
La funcionaria de Obras Publicas del Municipio concluyó: “Este es un daño ambiental de magnitudes importantes, de esto no hay dudas, por lo tanto debería cursarse las denuncias pertinentes ante la Justicia Federal, que es quien se hace cargo de estos delitos” Y agregó: “No solo por la contaminación del acuífero sino por la perdida que vamos a tener en el plan de contingencia”.
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