El jueves fue un día complejo para Pinamar. Al traspaso de la intendencia a espaldas de la prensa se sumó una movilización de los trabajadores municipales hacia el Palacio Municipal desde temprano. Los trabajadores reclamaban el cumplimiento del acuerdo firmado el año pasado cuando Blas Altieri estaba en campaña y que fue rubricado por Hernán Muriale, la cúpula del Sindicato de Trabajadores Municipales y los delegados.
A este reclamo, se le sumó la falta de pago de los haberes de julio y el aguinaldo. El enojo y la bronca de los trabajadores fue ganando la mañana cuando ingresaron al Palacio Municipal exigiendo la palabra de Altieri: querían saber las razones por las cuales aun no había depositado los $3.500 prometidos para poder transitar el fin de semana “con dinero en el bolsillo y, así, cancelar el pago de alquileres, deudas y sortear las necesidades elementales de las familias”. Sin embargo, en ese momento, el intendente aún en funciones, nunca salio a hablar con los empleados.
Esta vez, quienes asumieron la protesta fueron los trabajadores que no conforman el grupo de “autoconvocados” actuando de manera independiente de la cúpula sindical. Aun así, ésta estuvo presente durante toda la protesta pero la palabra fue liderada por los empleados. En ese contexto, quien intentó dar una respuesta fue el secretario de Gobierno y Seguridad, Juan José Rodríguez. Este reiteró a los empleados los viejos pretextos: “El HCD no nos aprobó el presupuesto” o “No hay plata”. Y anunció que la suma a depositar esa noche no pasaría de los $2.300. Esto suscito innumerables discusiones entre las partes que no lograron llegar a un acuerdo. A cada palabra emitida por el funcionario, los trabajadores respondían con expresiones como “mentiroso”, “ya se van a ir de a uno”, “hace siete eses que nos mienten” o “queremos cobrar”. La tensa mañana trascurrió con cientos de trabajadores aguardando la palabra oficial en las oficinas de la Secretaria de Turismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario