(por Mariana Dufuor) Ya lo dijo Eduardo Galeano: “Hay que luchar contra 'la cultura del desvínculo', que no sólo separa la razón del corazón, el pasado del presente y la vocación del trabajo: también nos separa entre nosotros mismos, como islas condenadas a la soledad”.
Es claro que ajustar por el lado de la Cultura y la Educación, como lo esta haciendo este gobierno municipal, no es falta de ideas. Tampoco desidia o ineptitud. Es una concepción ideológica; es una política de Estado que tiene un claro objetivo: sostener la individualidad, la desunión y la dependencia a ultranza.
Como ciudadanos y hacedores de la cultura en Pinamar, no podemos desconocer que ella es una forma de relacionarse con los demás y, por lo tanto, atraviesa todas las instancias de la vida: familia, amigos, educación, trabajo, etc. Quienes nos gobiernan lo saben muy bien. La cultura, matriz fundamental de los pueblos, es forjadora de espacios de participación y desarrollo. La cultura y la educación son generadoras de identidad, pertenencia y redes sociales…construcciones tan combatidas por años en nuestro país.
Como si la década infame de los´90 aún viviera sus mejores años, esta gestión de gobierno administra los dineros públicos con una orientación claramente neoliberal que, perversamente, considera “el derecho al derroche como privilegio de pocos y libertad de todos”.
Reconocer el valor de la cultura y la educación implica una fuerte decisión política y un compromiso ideológico, jurídico y económico que debe verse reflejado en un cambio sustancial de las propuestas generadas y estimuladas desde los espacios gubernamentales como la Secretaria de Turismo, Cultura y Educación. Porque la cultura y la diversidad de sus manifestaciones se fortalecen mediante la libre circulación de las ideas y se nutren de los intercambios y la interacción, los ciudadanos de Pinamar reclamamos el respeto a los derechos fundamentales de todo hombre y mujer: el acceso a la cultura y la educación así como el respeto a los derechos laborales garantizados en la Constitución Nacional.
Cercanos a una fecha tan importante y significativa para nuestra historia como lo es el 25 de Mayo, es necesario reconocer que “la independencia es, todavía, una tarea por hacer”. Por eso,
los Trabajadores de la Cultura, ciudadanos de Pinamar, exigimos el respeto de los derechos garantizados en la Carta Magna.
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