domingo, 8 de abril de 2012
Repercusiones, encubrimiento y estrategias discursivas
Por María Adelina Mercuri
A pesar de las anunciadas renuncias de apenas dos de los funcionarios que agredieron a la prensa local y capitalina, y el receso obligado que impone Semana Santa, la comunidad de Pinamar se está organizando para protestar el lunes a las 13 horas frente al Palacio Municipal. A las 15 horas se realizará la sesión especial convocada por el HCD.
Como ya adelantáramos en Pinamar Info, el intendente Altieri comunicó que los funcionarios implicados en la escandalosa corrida y golpiza a los noteros de CQC y amenazas al periodista local Juan Luis de Marchi, presentaron la renuncia. Este anuncio fue realizado vía telefónica al presidente del HCD mientras se transmitía un nuevo informe por el noticiero de América, con una entrevista al mandatario comunal y la palabra de dos periodistas locales, Mariana Dufour y quien suscribe esta nota.
Más allá del forzado anuncio, la atmósfera continúa enrarecida. Según los trascendidos, los renunciantes serían el subsecretario de Deporte, Jorge Yeza, y el director de Seguridad en Playa, Marcelo De Marco. Por estas horas, la ciudadanía, tanto de Pinamar como del país entero, se pregunta si este hombre (De Marco) está en su sano juicio después de haber visto cómo usa el cochecito con su bebe dentro cual proyectil.
Entre tanto, la prensa comprada pretende desviar la atención de la comunidad con detalles poco significativos, en un intento de seguir tergiversando lo hechos.
El ex combatiente Eduardo Canitrot, director del Cementerio, aparece en un video con cierto arrepentimiento pero, paradójicamente, escuda su reacción desquiciada en la sensibilidad que impone la fecha. Sin embargo, Canitrot no presentó la renuncia, como todo buen soldado y leal compañero debería hacerlo. Su carácter de ex combatiente no lo exime de la responsabilidad. Al contrario, lo compromete aún más. Los que guardamos un gran respeto por los soldados que verdaderamente combatieron y fueron sometidos al hambre, al frió y a la tortura por parte de sus superiores, nos resulta humillante que el soldado Canitrot, cual quinceañera, espere el 2 de abril solo para recibir el premio de manos del intendente para, luego, despreciar las situaciones de abusos y corrupción.
El director de Transito, Jorge Ferreiro y su esposa, Karina Brayota, conforman otro capitulo de la batahola. Quizás con un poco más de mesura, si cabe el término, Ferreiro alentó permanentemente la persecución intimidatoria. A tal punto llegó su bravura, que cuando cesó la carrera, atacó a los periodistas locales injuriándolos y acusándolos de complicidad con la producción de CQC, responsabilizándolos de lo acontecido. Su esposa, la secretaria del Bloque del MUPP, se encargó de empujar del hombro al periodista Gonzalo Rodríguez, aprovechándose de su condición de dama, y alentó a la turba haciéndose eco de la patraña del cochecito.
El abogado Roberto Baena, director de Fiscalización, tuvo el papel más vil, ya que, haciéndose el distraído, cortó el paso al equipo periodístico por la retaguardia. Actitud indigna para alguien que, alguna vez, suponemos, fue hombre del Derecho.
Quien, en principio, ya habría presentado la renuncia es el subdirector de Deporte, Jorge Yeza. El funcionario protagoniza una clara muestra de cómo se cuadra el discurso según se van desplegando los acontecimientos. Al otro día de los sucesos, Yeza en declaraciones radiofónicas dijo: “No me arrepiento y lo volvería hacer”. Todavía no se sabía de la existencia de la filmación que mostraba la verdad de lo ocurrido y evidenciaba al guapo del Deporte. Es necesario mencionar que el joven agresor de camisa a cuadros, al que Rodrigo Iraola (consejero escolar) no podía parar, es uno de los hijos de Yeza. Sigamos con la cronología: el miércoles, poco antes de la transmisión del programa de CQC, su otro hijo, el que tiene pretensiones de político, Martín, a través de las redes sociales, se burló e ironizó sobre los calificativos por los que fueron denominados: mafia, patota y matones mientras se jactaba de degustar pizzas y fernet con cola en familia. Su actitud despertó diversos comentarios, algunos de apoyo y otros, muy pocos, de reflexión. Al finalizar el programa, recurrió a un artilugio muy utilizado por nuestro intendente y maestro del muchacho: “las supuestas relaciones y conexiones personales”. Martín Yeza escribió en la red que “alguien de la producción de CQC se había comunicado con él para pedirle disculpas por el tratamiento del tema”. Por esas horas, el velo de la farsa se corría para dar paso la verdad y Yeza, uno de los principales agresores, estaba escrachado y sin justificación. Como si todo esto fuera poco, el jueves, tapado por la vergüenza hasta la nariz, el prometedor joven Pro, recurrió nuevamente al Facebook para destacar el orgullo que sentía por la noble acción de su padre al renunciar al cargo. Otro ejemplo de un discurso falaz y oportunista sin parangón ya que, sin la presión mediática y la información veraz del periodismo, el señor Yeza no hubiera renunciado...
El Periodismo
El periodismo requiere de un capitulo aparte. Pero tomaremos, por ahora de manera representativa, una nota de opinión de Raúl Coronel publicada en el Semanario Pionero en su edición del sábado 7 de abril titulada Las claves de la crisis: “… en lo que respecta a la comunidad es invitarla a la reflexión y decirle que estos chicos han venido a reírse de nosotros, no los guía ningún ansia de beneficio para nadie, ni la libertad de expresión, ni fines altruistas. Y que se han llevado lo que venían a buscar o sea mugre, miserias, y dignidad ajena”.
Es imprescindible apelar nuevamente al honor y a la exactitud de la realidad. Pese al esfuerzo de los periodistas locales por informar con veracidad y documentación las acciones del Gobierno municipal, si el equipo de “Caiga quien caiga” (de alcance nacional) no hubiera participado de la denuncia ante el Instituto de la Vivienda de la Provincia, es muy probable que todo siguiera igual. Sin la aparición de Gonzalito y la tarea incansable del abogado Lucas Ventoso, no se hubiera llegado a la verdad.
Nadie pretende reírse de nadie. Y, en todo caso, si alguien se burla del pueblo, es aquel que vende sus notas al mejor postor. Es descabellado fusionar las andanzas de un Gobierno con una comunidad que, en un 64 %, no lo votó. “La indignidad” es la de los funcionarios que abusan de su rol, de los gobernantes que violan los derechos, de los periodistas lacayos, de los que tergiversan la realidad y construyen otra al servicio de quienes, y para quienes, trabajan.
“La mugre, la miseria y la indignidad”, a la que alude el opinólogo, está enquistada en la sociedad pinamarense y no es una fabricación de los periodistas foráneos porque quieren dañar deliberadamente a la playa verde argentina.
La nota de Coronel finaliza con una comparación descabellada tras un análisis irrisorio. Se refiere “al desnudo de una realidad, los de jóvenes que mienten para sacar el boleto de colectivo más barato ante la mirada complaciente de los padres”. Así que, en el Pinamar de las viviendas sociales usurpadas, donde golpean y matan periodistas, donde todo huele a negocio mal habido, donde los funcionarios entran al Municipio en condiciones económicas deficitarias y salen convertidos en empresarios exitosos; donde la policía mata a sangre a fría, donde se construyen fuentes oprobiosas, donde los comunicadores se jactan de ser mercenarios y chantajean al aire, donde reina la ignominia del Gobierno… ¿La clave está en los niños o jóvenes que mienten para conseguir un boleto más barato?
¡En Pinamar no reina solo la corrupción sino, también, la estupidez humana!
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