Por Luis María Aller Atucha*
¿Qué tienen que ver las telas de seda, algodón o lana con estas elecciones? Nada; hablamos de otro tipo de género. Se trata del género de quienes se postulan para ocupar el sillón de la conducción municipal y completar el mandato del destituido Intendente elegido por el pueblo y del actual Intendente Interino, que debió asumir cuando las circunstancias políticas, administrativas y judiciales así lo requirieron.De quienes se postulan, dos son candidatos y dos candidatas. Es decir que el 50% son mujeres, con lo que se supera el cupo obligatorio en las elecciones parlamentarias que sólo exige el 30%. Una de las candidatas se postula como “Intendenta”, haciendo una clara cuestión de perspectiva de género, desconociendo las reglas ortográficas que se no aceptan que para ciertos cargos o profesiones se utilice el femenino. Así como la gramática y sus reglas reconoce que hay mucamas, cocineras, lavanderas u obreras, le cuesta aceptar que haya médicas, juezas, intendentas o gerentas. La gramática sigue impregnada de la concepción patriarcal, machista y androcéntrica y le costará desprenderse de la misma.Independiente de esta discusión lingüística e ideológica, en la que es difícil ponerse de acuerdo y no es oportuno hacerlo ahora, el hecho positivo es que dos mujeres le disputarán a dos varones el derecho a conducir los destinos de Pinamar, en uno de los tiempos más complicados de su corta vida como Partido y del ejercicio del voto democrático.Parecería que en los momentos en que se necesita capacidad, sagacidad y entereza, las mujeres dan el “presente” y aceptan el desafío para tratar de poner las cosas en orden, como sucede en cualquier casa de familia cuando la vida cotidiana (y las finanzas) se descalabran y deben tomar el mando, a pesar de que el varón sigue creyendo que tiene la potestad y el control absoluto, cuando hace tiempo que dejó de ser así.De ganar alguna de las dos mujeres que compiten por reemplazar a De Vito, que cuentan con posibilidades superiores a los de los candidatos varones, por primera vez Pinamar tendrá una mujer en el Palacio Municipal. Llegan a esta instancia después de haber demostrado, por muchos años, la capacidad para ocuparse de los problemas que aquejan a la comunidad, ya que en repetidas oportunidades, provenientes de diferentes partidos políticos, les toco presidir el Honorable Concejo Deliberante. La objetiva evaluación demuestra que no lo hicieron peor que los varones.El 28 de marzo las miradas de todo el país estarán puestas en Pinamar por varios motivos. Esta será la primera elección después de la derrota del oficialismo el 28 de junio del 2009; el partido Justicialista llega a la contiendo con una “rueda de auxilio” colocada a último momento debiendo dejar en el “banco” a su candidato natural; el Radicalismo dará un ejemplo al país yendo en forma conjunta con el GEM (de Margarita Stolbizer) y la Coalición Cívica (de Lilita Carrió) demostrando que aquí se pudo hacer lo que les es casi imposible a nivel nacional: unirse y trabajar en conjunto para bien de la población olvidando asuntos personales y personalismos. Las fuerzas vecinalistas se presentarán divididas, por un lado el viejo y tradicional vecinalismo que gobernó Pinamar por 16 años y por el otro, un vecinalismo que clama por el cambio, sin por ello abandonar las banderas programáticas e ideológicas.Una elección que atraerá la atención de la prensa nacional y que, en definitiva, pondrá sobre el tapete una fascinante cuestión de género.
¿Qué tienen que ver las telas de seda, algodón o lana con estas elecciones? Nada; hablamos de otro tipo de género. Se trata del género de quienes se postulan para ocupar el sillón de la conducción municipal y completar el mandato del destituido Intendente elegido por el pueblo y del actual Intendente Interino, que debió asumir cuando las circunstancias políticas, administrativas y judiciales así lo requirieron.De quienes se postulan, dos son candidatos y dos candidatas. Es decir que el 50% son mujeres, con lo que se supera el cupo obligatorio en las elecciones parlamentarias que sólo exige el 30%. Una de las candidatas se postula como “Intendenta”, haciendo una clara cuestión de perspectiva de género, desconociendo las reglas ortográficas que se no aceptan que para ciertos cargos o profesiones se utilice el femenino. Así como la gramática y sus reglas reconoce que hay mucamas, cocineras, lavanderas u obreras, le cuesta aceptar que haya médicas, juezas, intendentas o gerentas. La gramática sigue impregnada de la concepción patriarcal, machista y androcéntrica y le costará desprenderse de la misma.Independiente de esta discusión lingüística e ideológica, en la que es difícil ponerse de acuerdo y no es oportuno hacerlo ahora, el hecho positivo es que dos mujeres le disputarán a dos varones el derecho a conducir los destinos de Pinamar, en uno de los tiempos más complicados de su corta vida como Partido y del ejercicio del voto democrático.Parecería que en los momentos en que se necesita capacidad, sagacidad y entereza, las mujeres dan el “presente” y aceptan el desafío para tratar de poner las cosas en orden, como sucede en cualquier casa de familia cuando la vida cotidiana (y las finanzas) se descalabran y deben tomar el mando, a pesar de que el varón sigue creyendo que tiene la potestad y el control absoluto, cuando hace tiempo que dejó de ser así.De ganar alguna de las dos mujeres que compiten por reemplazar a De Vito, que cuentan con posibilidades superiores a los de los candidatos varones, por primera vez Pinamar tendrá una mujer en el Palacio Municipal. Llegan a esta instancia después de haber demostrado, por muchos años, la capacidad para ocuparse de los problemas que aquejan a la comunidad, ya que en repetidas oportunidades, provenientes de diferentes partidos políticos, les toco presidir el Honorable Concejo Deliberante. La objetiva evaluación demuestra que no lo hicieron peor que los varones.El 28 de marzo las miradas de todo el país estarán puestas en Pinamar por varios motivos. Esta será la primera elección después de la derrota del oficialismo el 28 de junio del 2009; el partido Justicialista llega a la contiendo con una “rueda de auxilio” colocada a último momento debiendo dejar en el “banco” a su candidato natural; el Radicalismo dará un ejemplo al país yendo en forma conjunta con el GEM (de Margarita Stolbizer) y la Coalición Cívica (de Lilita Carrió) demostrando que aquí se pudo hacer lo que les es casi imposible a nivel nacional: unirse y trabajar en conjunto para bien de la población olvidando asuntos personales y personalismos. Las fuerzas vecinalistas se presentarán divididas, por un lado el viejo y tradicional vecinalismo que gobernó Pinamar por 16 años y por el otro, un vecinalismo que clama por el cambio, sin por ello abandonar las banderas programáticas e ideológicas.Una elección que atraerá la atención de la prensa nacional y que, en definitiva, pondrá sobre el tapete una fascinante cuestión de género.
* SexólogoPresidente de la Asociación Argentina de Sexología y Educación Sexual
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