Terminado el mandato algunos políticos, no pueden dejar el poder y el dinero. Leonor Di Maio, nombrada Directora de Eventos Especiales, (¿?) cuando al gobierno del intendente interino le quedan dos meses de gestión. Claudia Solino, como por un principio divino, intenta que se la nombre profesional tres, avasallando la carrera de los trabajadores municipales, donde se tiene en cuenta la antiguedad y la idoneidad. En ambos casos se sienten con el privilegio, de no quedar desocupadas y con mayores atribuciones que el resto de los pinamarenses. Di Maio y Solino, que hasta hace poco, ocupaban cargos políticos, hoy con sus actitudes personalistas, carente de todo principio ético, sirven para desacreditar aún más a la POLITICA local.
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