sábado, 29 de agosto de 2009

A calzón quitado


Por Osvaldo Bayer
Desde Bonn, Alemania
Parece que está de moda hablar del hambre de los niños en el mundo. El papa Ratzinger, nuestro cardenal Bergoglio, empresarios del campo y tantos otros. Aquí en Alemania se está discutiendo esto a calzón quitado. Claro, se está ante elecciones nacionales. Entonces, lo que durante los gobiernos estables es un juego de transacciones y entendimientos, cuando se juega el poder, se sale a decir la verdad. Y han salido a la luz las estadísticas oficiales y los estudios de organizaciones empresarias, religiosas, obreras, etcétera.
Sí, aunque nadie lo crea, Alemania, una especie de diamante del sistema, uno de los países mejor organizados dentro del capitalismo, presenta un cuadro actual que va dejando una vez más desnudo a ese sistema. Lo bueno para la información es que, dada la disputa, surge la verdad. Fuentes informáticas del sistema sacan a la luz la verdad ante una vidriera de lujo que esconde lo que realmente sucede en el patio interior. Por ejemplo, la revista Stern –no por cierto izquierdista– publica un estudio titulado “¿Qué hacer contra la desigualdad?”, con su subtítulo “Dos terceras partes de la población alemana no poseen casi nada mientras que apenas una décima parte posee el 60 por ciento de la riqueza”. Y “Nuestra sociedad se divide cada vez más entre los ricos cada vez más ricos y los que no tienen nada”.
De acuerdo con la definición del gobierno, se considera pobre a quien gana menos del 60 por ciento de lo que se necesita para mantener un hogar medio, y al soltero que gana menos de 781 euros por mes. Debido a eso, el Instituto para la Investigación de la Economía señala que el 18 por ciento de los hogares alemanes está debajo de ese nivel, mientras que el gobierno sostiene que sólo es el 13 por ciento. La pobreza aquí es más común entre las mujeres solas que crían a sus hijos que entre hombres, y más entre jóvenes y niños que entre ancianos. Y se ha comprobado que a aquel que cae en la pobreza le cuesta mucho poder salir de ella.
Es que la llamada crisis mundial fue aprovechada por los más diestros en manejar el poder. Por ejemplo, está desapareciendo el clásico “lugar de trabajo” y va siendo reemplazado por trabajadores por hora, por trabajo de horario limitado, por trabajo por contrato, por trabajo sin salario básico y por el desmantelamiento paso a paso del derecho de indemnización por despido. Es decir, el sistema se aprovecha de la crisis que ha producido por sí mismo para alcanzar una nueva era de capitalismo más profundo. Es decir, la crisis va ahondando el neoliberalismo asocial. Que, claro, para los defensores del sistema, puede dar un gran empujón hacia adelante a la economía. La receta de siempre. La Oficina de Estadísticas de Alemania ha dado a conocer la información que los llamados empleados y obreros “atípicos”, es decir, los que no tienen un empleo fijo, han aumentado de 5,3 a 7,7 millones. Y ya se ha llegado a que esos “atípicos” representen el 22 por ciento de todos los que trabajan. El mismo estudio admite que el riesgo de caer en la pobreza de esos trabajadores “atípicos” es del 14 por ciento.
Si ése es el panorama que nos presenta el sistema capitalista central, podemos ponernos a pensar qué ocurre con los llamados “países subdesarrollados”.

viernes, 14 de agosto de 2009

El cuento de nunca acabar

La playa es el principal atractivo de Pinamar y por ende su más preciado recurso. Los habitantes hemos asistido, a través del tiempo, a un proceso de deterioro y explotación de nuestras costas en pos de recursos monetarios para las arcas municipales. La situación en la playa, en la actualidad tiene que ver con el exceso de metros cuadrados construidos, la cantidad de balnearios que suman alrededor de 50 – con 30 balnearios se cubriría perfectamente todo el partido- y el vencimiento de las concesiones prorrogadas a cuatro balnearios. En teoría a los balnearios en cuestión, no solo no habría que renovarles el canon, sino que se deberían demoler para comenzar a poner en práctica el “Plan estratégico” de recuperación de la playa, que por otra parte la naturaleza se encarga de vengarla, tirando abajo las construcciones balnearias en cada sudestada. El “Plan estratégico”, es un estudio que efectuó la Universidad de La Plata, hace dos años, que tuvo en cuenta la erosión de la playa. La intención de este plan se basó en la recuperación de nuestra costa marítima, sin olvidar el beneficio económico que representa para la recaudación municipal, con menos construcciones y en la medida que se hagan sean la mínima expresión de una edificación con materiales y en espacios apropiados. La zona más conflictiva abarca desde la avenida Bunge hasta De las Artes en el que es desproporcionada la cantidad de metros construidos. La discordia entre el Ejecutivo, que quiere otorgar más prorrogas, y el HCD que se opone a esta dilación, esta protagonizado por el concejal Víctor Pardo quien forma parte del bloque PJ, por ahora, al colocarse en la vereda de enfrente con respecto a las medidas que quiere tomar el Ejecutivo. Esto se evidenció en distintas declaraciones: “Todo queremos lo mismo menos el Ejecutivo”. “El ejecutivo lleva todo a la larga para no hacer nada” refiriéndose a la reunión que mantuvieron con Diego Quintana, secretario de gobierno, que propuso a los concejales: no demoler y extender la prórroga de estas cuatro unidades balnearias hasta el mes abril y allí sí, que se proceda a demoler todo lo necesario. Pardo, ante la aparición de pagatinas en el frente del HCD que lo trataban de “traidor”, subrayó “Acá se hizo una ordenanza por la cual le dieron una prorroga, entre los puntos que debían cumplir, tenían que achicar proporcionalmente hasta llegar a 150 metros, construir rampa de discapacitados, no podían hacer publicidad -que el intendente Altieri vetó-.” De estas condiciones, la mayoría, se cagaron en todo, no cumplieron con nada, es una tomadura de pelo, no al Concejo, a la comunidad”.Para poner en práctica de una vez por todas este programa es necesario desarrollar un plan de gestión con objetivos definidos a corto, mediano y largo plazo, en el que se tenga en cuenta los cambios de unidad en la playa, la modalidad del turismo, los intereses de Pinamar y de los ciudadanos por encima de todo.

viernes, 7 de agosto de 2009

Siempre fueron golpistas




Por Rubén Dri *


“Pero lo que ustedes están proponiendo es como un golpe de Estado”, exclamaba sorprendido un diputado que había votado en contra de la Resolución 125, suponiendo que las corporaciones agrarias eran democráticas. Para aclararle definitivamente los tantos, los chacareros le arrojaron en la cara: “Lo que pedimos es un impeachement”, es decir, echar a la Presidenta. Pero uno se pregunta, ¿costaba tanto darse cuenta de ello? Parece que sí, porque varios diputados del denominado progresismo o del centroizquierda, como se los suele conocer, apoyaron a las corporaciones porque el Gobierno no les otorgaba retenciones segmentadas.En la fiesta que las citadas corporaciones organizaron en la Casa Madre, es decir, en la Sociedad Rural, gritaron a voz en cuello sus intenciones golpistas: “Nos decían que les ganemos en las urnas y les ganamos. ¿Qué nos queda por ganar? El problema es que nadie de la oposición se hizo cargo. La pelota está picando y hay que agarrarla antes de que la agarren los Kirchner”.¿Qué significa agarrar la pelota? ¿Será necesario aclararlo? Pareciera, porque ni el salvaje lockout con que desabastecieron y atormentaron a toda la sociedad, ni las violencias que emplearon contra quienes manifestaban su apoyo al Gobierno, ni la prepotencia y las claras expresiones de sus referentes en el sentido de que buscaban “desgastar al Gobierno” fueron suficientes para que ciertos diputados se dieran cuenta de que estaban tratando con golpistas.Claro que no se trata de los golpes tradicionales. Por el momento, ésos no son posibles. Ahora los golpes se visten de otra manera, tratando, sobre todo, de que no aparezcan como rupturas del orden constitucional. El golpe en marcha que tiene lugar en Honduras es una demostración palpable de ello. Las múltiples expresiones de las patronales agrarias, acompañadas por otros tantos actos de agresión, ponen en luz clara para quien lo quiera ver sus intenciones golpistas, porque sólo de esa manera pueden hacer que su proyecto se lleve a cabo en forma triunfante.¿En qué consiste? Eduardo Buzzi, verdadero portavoz de las patronales sojeras, lo expresó con claridad meridiana: “Las retenciones son el impuesto más recesivo y más confiscatorio del país. No existe en ningún lugar en el mundo, pero lo que estamos planteando es una eliminación gradual”, agregando que “la aspiración de todos nosotros es retenciones cero”, el proyecto del país agroexportador.Es necesario que nos miremos en el espejo de Honduras. Allí los golpistas no dejan de hablar de la legalidad, la Constitución, la democracia y la república. El lenguaje no difiere del empleado por nuestros patrones estancieros, que pretenden ser ellos los custodios y salvadores del país. Apuntan al sometimiento del Gobierno para terminar con un Estado que se atreva a tener alguna pretensión de meterse en sus negocios.Las palabras que Buzzi ha ido desgranando a lo largo del proceso golpista señalan los objetivos con claridad. En su momento avisó que se habían “pintado la cara”, aclarando en otra ocasión que lo habían hecho para ir desgastando y erosionando desde donde se pueda a este gobierno.Es necesario frenar la brutal embestida de esta nueva derecha que tiene en los patrones agrarios a su avanzada visible, lo que sólo será posible con la más amplia unidad de los sectores populares, democráticos y progresistas. Llorar después no servirá para nada.
* Filósofo, profesor consulto de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).